Historia del mazapán y otros dulces navideños

El mazapán,  el típico dulce navideño cocinado principalmente a base de azúcar y de almendras, no tiene un origen muy claro. Las primeras referencias escritas en las que se le hace mención datan del año 1577 en Toledo, ciudad en la que se toman durante todo el año. A pesar de ello, existen muchas leyendas e historias referentes a su creación, algunas incluso que la atribuyen a los persas, si bien es cierto que la creencia más extendida dice que su procedencia proviene de la época de ocupación árabe de la Península Ibérica.

Los mazapanes son consumidos en prácticamente todos los países de Europa y Sudamérica, si bien es cierto que los más famosos son los elaborados en Toledo, La Rioja y en las ciudades alemanas de Lübeck y Königsberg. De esta forma, en Alemania recibe la denominación ‘marzipan’, en Italia ‘marzipane’ y en Francia ‘massepain’, por ejemplo. Evidentemente, estas denominaciones tan similares al castellano provienen de las raíces árabes de su nombre.

En todos los países europeos el mazapán se elabora con almendras, pero en muchos lugares de Sudamérica no es así. Buenas muestras de ello son los mazapanes de Amatitlán de Guatemala que se elaboran sustituyéndolas por arroz y semillas de calabaza; los venezolanos, cocinados con anacardos; los de Filipinas a partir de nueces de pili; y los mexicanos mazapanes de cacahuete.

Se toma idéntica cantidad de almendra cruda y pelada y azúcar. Se amasa todo y se tritura hasta conseguir una pasta de textura uniforme, sin grumos. A continuación se deja reposar y posteriormente se le da forma. Por último se hornea a 180 °C durante unos minutos.